Bricoutou y Lariste por la arista Norte.

         De vez en cuando sucede, una cima, una pared o una arista, nos atrae sobremanera. Esto ocurrió con la arista Norte al Lariste hace ya muchos meses. Es un auténtico filo que divide perfectamente dos vertientes muy opuestas paisajisticamente hablando. Al Este, el valle de Annes se cierra a sus pies, es un terreno de abundante pasto, allí podremos ver rebaños de ovejas, ganado bovino, y algunas cabras también. La vertiente Oeste, es muy diferente, de entrada la caída es casi a plomo, abundan las verticales, y en el fondo del valle habita el bosque de Lazerque.
         Caminar por la línea que separa esos dos valles es todo un espectáculo, siempre y cuando el viento no sople en exceso, en tal caso deberemos de desistir en el intento. Cruzando la arista se nos abren las posibilidades de conseguir recorridos diferentes, desde el Lariste tendremos acceso a otras cimas, y aunque nosotros cerramos la circular descendiendo por Labrenere también se puede optar por ir al collado de Larraille, de allí bajaremos por el bosque de Lazerque que nos dará paso al valle de Ansabere.
         Una de las ventajas de este recorrido es la poca afluencia de gente, son valles y cimas poco visitados muy inmerecidamente. En la época estival suele estar el pastor en la cabaña de Annes guardando un numeroso rebaño de ovejas y cabras. Para todos aquellos amantes de los senderos solitarios esta será sin duda una buena alternativa, ¡¡ probarlo !!.



Pene Blanque

Había leído algo sobre esta montaña, pero no es fácil encontrar reseñas y datos que nos faciliten la ascensión. Las expectativas eran atrayentes, lo leído apuntaba a una buena jornada de montaña. Todo lo esperado se ha cumplido y más, como Mikel dijo “una montaña que hay que ganársela”. El esfuerzo para llegar a lo más alto será importante, pero la recompensa no será menor. Las inclinadas pedrizas de las laderas de nuestra montaña nos pondrán a prueba y exigirán mucho de nosotros. Una cosa tendremos que tener en cuenta, hay que dejar fuerzas y motivación para el descenso, llegar al collado de Lhurs y la bajada desde él reclamará más trabajo de nosotros, allí nos daremos cuenta que es una ruta para montañeros. La llegada a las cabañas de Lhurs será un premio a nuestro esfuerzo tras haber caminado por la gran pedriza que se extiende bajo La Table y el Pene Blanque. A partir de ese punto la montaña se vuelve dócil, el sendero se torna más amable y pronto las hayas nos darán cobijo, el bosque de Larrangus es un pulmón natural, dentro de él habitan escurridizos corzos que solo con algún descuido de ellos nos permitirá verlos. Al llegar a Anapia nos sentiremos plenos, satisfechos, el Pene Blanque nos ha dado mucho, nosotros a él también.
Mikel en una asomada hacia Lescun, el valle está precioso con el mar de nubes.


Petretxema y Sobarcal por Ansabere

           Si hay algo que representa a Lescun es sin duda Ansabere, en este recorrido caminaremos por debajo de una de sus agujas, la menor. Y haremos cima en Petretxema que se puede catalogar como la antecima de la aguja mayor. Tras hacer cumbre en esa primera montaña nos dirigiremos a nuestro segundo objetivo, Sobarcal. Esta es, al contrario que la anterior, una montaña poco visitada, las dos cumbres que la custodian a ambos lados le ganan la partida en cuanto a visitas, Petretxema y Atxerito. Llegar a la cumbre de Sobarcal será emocionante, unos pasos sencillos de escalada con algo de exposición podrán ese punto de tensión que tantas veces echamos de menos. Desde la cumbre de Sobarcal disfrutaremos de un primer plano de la aguja menor de Ansabere, y si tenemos la suerte de ver a alguna cordada escalando el disfrute será mayor si cabe.
            La bajada nos espera con otro momento de cierta tensión, hay que encontrar el lugar adecuado para descender del collado de Sobarcal hacia el Sur, como referencia valga decir que si nos ponemos mirando hacia esa dirección, la bajada se encuentra cerca del extremo izquierdo de la muralla. Allí, una serie de terrazas pedregosas harán de escalones naturales para permitirnos el descenso a la gran pedriza que aguarda en la base. Una vez abajo solo nos quedará ya buscar el Pto de Atxerito que hace de puerta natural hacia Lescun. Este descenso desde el collado de Sobarcal puede resultar un tanto vertiginoso para algunas personas, y es un paso muy poco frecuentado. Una buena ocasión para los que buscan la soledad en el pirineo.
   
Cima de Sobarcal.


Pic Countende

Lescun sigue repartiendo premios, mientras disfrutaba del Countende iba pensando, “ si esto ocurre en Lescun cuantas sorpresas nos aguardan aún en el resto del pirineo… “, cada vez estoy más convencido de que hay que huir de clasicos recorridos. En esta gran cordillera que une el Mediterraneo con el Cantábrico existen cientos de montañas a las que apenas van montañeros, ¿ por que ocurre esta sinrazón ? El nombre de una montaña tiene que ser lo de menos, nos tenemos que dar cuenta que todavía podemos disfrutar de una montaña sin aglomeraciones sin perder un ápice de interés. Ayer pude contar sobre la cima del Anie al menos una docena de montañeros, y eso los que pude ver… No quiero decir con ello que no hay que subir a montañas con renombre, pero cuantos habrán subido a una montaña en repetidas ocasiones y no conocen siquiera las que rodean a esa cima… .

         Pero centrándonos en el Countende, tengo que decir que me he quedado totalmente enamorado esta montaña, completar su ascensión con la bajada que hicimos pienso que fue todo un acierto. Por el sendero de su vertiente Sur pudimos ver la otra cara de esta montaña, una montaña que a buen seguro colmará todas las expectativas de cualquier montañero. Poder disfrutar del pirineo sin aglomeraciones, sin prisas, es algo que no tiene precio para mí. Yo por mi parte seguiré buscando senderos y cimas que me llenen, siempre estaré agradecido al pirineo por todo lo que nos da.

Countende-75

Pic de La Leurt, arista norte.

No hemos podido encontrar ninguna reseña referente a este pico, tan solo hemos localizado algunas fotos sueltas desde diferentes ángulos que han bastado para despertar nuestro interés por esta modesta cima. La nieve ya se ha retirado de las zonas bajas de Lescun y tan solo van quedando neveros en cotas altas, por ello la ascensión a este pico la hemos realizado sin pisar nieve. A pesar de su altura que no llega a los 2.000 m hemos podido disfrutar de la montaña, es una de esas cumbres donde tenemos asegurada una ascensión en solitario una vez abandonado el camino que lleva al ibón de Ansabere. Desde su cima se disfruta de una visión hacia la zona del Sobarcal y Ansabere de primera, y hacia la otra vertiente tendremos una buena vista del Bacqué y el bosque de Lazerque. Si hemos salido temprano será un recorrido que nos permitirá regresar al punto de partida para la hora de comer, no es un recorrido demasiado largo ni con demasiado desnivel, toda la aproximación a la cima se realiza rodeados de una naturaleza exuberante y a buen seguro nuestra cámara de fotos trabajará constantemente.

Si relizamos la ascensión en verano podremos hacer una visita al pastor del valle que habita en las cabañas de Ansabere, en ellas elabora un queso de una gran calidad y que podremos adquirir a un precio muy asequible. El agua no será un problema en la ascensión, en las cabañas mana un generoso choro de agua fresca que nos refrescará en los calores del verano. Tan solo una recomendación, será buena idea poder llevar un casco que nos colocaremos al pasar por debajo de las paredes de nuestro pico, a su cima suelen subir grupos de sarrios que pueden desprender alguna piedra con el peligro que ello conlleva cuando atravesemos un tramo a media ladera bajo la cima.

Un poco antes de llegar al ibón de Ansabere abandonamos la senda principal y nos deviamos hacia la izda

Mapa y perfil de la ruta